Un buen amigo periodista me contó, hace ya tiempo, que cuando Estados Unidos se repuso de la II Guerra Mundial, el Ejército decidió fabricar nuevos aviones. Para llevar a cabo esta importante inversión sin despilfarrar el dinero de los contribuyentes, el militar responsable pensó que lo mejor era diseñar los nuevos aviones acordes a la estatura y complexión de aquellos que iban a pilotarlos…